viernes, 30 de marzo de 2012

Lévi-Strauss Elogio del trabajo manual






¿Me permiten una confidencia? A lo largo de mi vida, he recibido una buena cantidad de honores, que me fueron conferidos no tanto por mis modestos méritos como por la extrema longitud de una carrera activa, que duró medio siglo (...) Ninguno me enorgulleció tanto como la medalla (...) al "Mejor Obrero de Francia". Me gusta, por cierto, el trabajo manual, y sólo por haberlo practicado con frecuencia he podido, en uno de mis libros, elaborar la teoría de lo que en francés llamamos "bricolage".

En realidad, me alegraría que un intelectual, una vez jubilado, se viera obligado por ley a ponerse a prueba en otra actividad; en ese caso, habría elegido sin vacilar un oficio manual.

¿Por qué digo esto? Desde el advenimiento de la civilización industrial, el trabajo pasó a ser una operación en un sentido único, donde el hombre –sólo él, siendo activo – modela una materia inerte, y le impone soberanamente las formas que le convienen.

Las sociedades estudiadas por los etnólogos tienen del trabajo una idea muy distinta. Lo asocian a menudo al ritual, al acto religioso, como si en ambos casos el fin fuera entablar con la naturaleza un diálogo en virtud del cual naturaleza y hombre pueden colaborar: concediendo ésta al otro lo que espera, a cambio de los signos de respeto, o de piedad incluso, con los cuales el hombre se obliga ante una realidad vinculada al orden sobrenatural.

El campo y la ciudad 

Subsiste aún hoy una complicidad entre esa visión de las cosas y la sensibilidad del campesino y el artesano tradicionales. Estos, efectivamente, por seguir manteniendo un contacto directo con la naturaleza y con la materia, saben que no tienen derecho a violentarlas, sino que deben tratar pacientemente de comprenderlas, de atenderlas con cautela, diría casi de seducirlas, a través de la demostración permanentemente renovada de una familiaridad ancestral hecha de cogniciones, de recetas y de habilidades manuales transmitidas de generación en generación.

Por eso el trabajo manual, menos alejado de lo que parece del pensador y del científico, constituye asimismo un aspecto del inmenso esfuerzo desplegado por la humanidad para entender el mundo: probablemente el aspecto más antiguo y perdurable, el cual, más próximo a las cosas, es también el más apto para hacernos captar concretamente la riqueza de éstas, y para nutrir el asombro que experimentamos ante el espectáculo de su diversidad.

En la actualidad, nos dedicamos a organizar bancos de genes para preservar lo poco que sobrevive de las especies vegetales originales creadas a lo largo de los siglos por modos de producción totalmente distintos de los practicados ahora. Esperamos también eludir los peligros de la llamada "revolución verde", vale decir, una agricultura reducida a pocas especies vegetales de gran rendimiento, pero tributarias de sustancias químicas y cada vez más vulnerables a los agentes patógenos.

¿No deberíamos ir más lejos, quizá, y, no contentos con conservar los resultados de esos modos de producción arcaicos, esforzarnos además por tutelar los conocimientos insustituibles gracias a los cuales esos resultados fueron adquiridos? Quién sabe, efectivamente, si las amenazas que pesan actualmente sobre la civilización occidental no los volverán, algún día, providenciales para los que vendrán después de nosotros.

Como nace una artesanía?


                                                                       Juan B. Alberdi 1920- Verano del 2009
Mientras trabajaba en mi pequeño taller en la terraza del PH de Alberdi al 1900 y acomodaba cosas sueltas buscando alguna forma o diseño. El pequeño Ben estaba como de costumbre acompañándome a su modo , con 3 añitos venía, miraba , me pedía alguna herramienta o simplemente tomaba algo de metal o madera que estaba suelto por ahí para jugar a que el también hacia algo...
Cada tanto lo miraba para saber por dónde estaba jugando o con que estaba jugando.. 
De repente lo escuche que galopaba y hacia como que iba a caballito, le pregunte que hacía y me mostró su manito con una letra de chapa toda herrumbrada, más específicamente una letra "n",(imprenta minúscula) tomada desde su curva superior, que movía haciendo con ella la mímica de un caballito que galopaba con cadencia, mientras él correteaba e imaginaba la escena.
Fue así que me pareció excelente y tome una letra "n" de las que tenia en un costado del taller y me di cuenta que podía ponerle una cabeza y una cola a ese cuerpo imaginario de caballo.
Busque entre los retazos de partes del taller y encontré una pieza parte de un distribuidor de autos y 
la coloque como cabeza. Y con unas chapitas soldadas arme la cola .
 

Con una madera retazo de algún lugar que tenía en los estantes le puse una base
Y así de un hecho tan simple y creativo como atribuirle una figura (la del caballo) a una letra y la posibilidad de darle una nueva significación a ese cuerpo de chapa,  nace una obra de arte o artesanía.
La simpleza es un bien doblemente valorable y la creación algo que nos permite comulgar con lo más íntimo de nosotros mismos.

Permitámonos un tiempo para lograr lo más sublime de nosotros .
Gracias por pasar ...


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Gustavo Acevedo ( artesano )



lunes, 26 de marzo de 2012

Primer enlace Blogger con http://gustavoacevedo.blog.terra.com

Esta pagina inicial trata de unir el blog inicial gustavoacevedo.blog.terra.com , que nació y ayudo a difundir este arte a una nueva herramienta y utilizar este nuevo formato para mostrar las ideas y el arte producido por un artesano que intenta crecer y compartir sus pensamientos .

Esta lámpara nace de la idea de una frase que dice algo así como
que las letras nos iluminarán , algo me cruzo el pensamiento y la
secuencia de letras salidas de mis scraps se juntó de casualidad
Ademas pensé, que asi, como a mi me gustaría este fondo de una cartulina dibujada por mi hijo a otros puede gustarle otro fondo , y de este modo se me ocurrio que pueda cambiarsele el mismo.

Este articulo ya tiene dueño y espero lo disfrute como yo cuando vi que se hacia la luz...


Gustavo Acevedo (artesano)